Descripción
Para el creyente cristiano se ha impuesto hasta ahora sin discusión la prohibición de quitarse la vida. Sin embargo, argumenta Hans Küng, un tránsito feliz a la muerte está fundado en el respeto profundo hacia la vida infinitamente valiosa de toda persona y no tiene nada que ver con un desdichado suicidio arbitrario. Pues, si todos tenemos una responsabilidad sobre nuestra vida, -por qué habría de cesar esa responsabilidad en su última fase? Precisamente como cristiano que cree en la vida eterna, hace Hans Küng un nuevo llamamiento en favor del derecho de cada cual a decidir responsablemente el momento y la forma de su muerte.
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